martes, 23 de marzo de 2010

La Marina


Al poco de inscribirme en el club de Benidorm, me entero de que casi todos los domingos se organizan carreras para ciclistas. Hablando con un ciclista mayor que yo me cuenta que él va a correr a menudo y pienso"joer, si éste va, yo también". Me habla de La Marina que se celebra por la comarca en los meses de enero a marzo, pero en la Vega Baja hay carreras casi todos los domingos y algunos sábados.
Días antes había conocido otro ciclista de La Vila que ya había corrido alguna carrera y me picó la curiosidad, así que me saqué la licencia y me fui con él a Monovar a correr en un circuito urbano.
Ni me lo podía imaginar, salieron a mil por hora y en un par de vueltas me vi descolgado con otros, dando vueltas hasta que nos doblaron, "esto es de locos, ¿cómo se puede ir así?". Aquella carrera la ganó Juan Carlos Botella, terminaba en una ermita al final de una empinada rampa y allí nos fuimos a ver la llegada. Recuerdo la bici que llevaba el "Boti", un cuadro de carbono aerografiado con un dragón, que me dejo alucinado, ¡que cosa más bonita!. Volví a casa con el convencimiento de que aquello era demasiado para mi, tendría que entrenar mucho, mucho, más.
Otro día fui a correr a Javea, al puerto, otra circuitada, allí conocí al "Quirro" que ya se había quedado antes que yo, y este corriá a menudo, así esto me levantó algo la moral. Fuí conociendo gente de la comarca que competía habitualmente y quedaba con ellos para ir a las carreras para pillar el ritmo de competición y aprender de ellos.
Sin idea ni planificación iba entrenando y corriendo como Dios me daba a entender, el caso era entrenar fuerte y a menudo, de alimentación ni idea, de series ni "papa", todo a boleo y a base de kilómetros. ¿Que no andas?, a entrenar más. ¿Que estás cansado?, a entrenar más. Los pulsómetros no había oído ni mencionarlos, no sabía ni que pudiera existir un artilugio así.
Cuando llegó diciembre me comentaron que había gente que quería participar en La Marina y que si quería podría acompañarlos. Todos eran más jóvenes que yo, y habían corrido desde niños. La primera carrera la ganamos y yo ni me enteré, "¡empezamos bien!" estoy en un equipo de primera línea. La segunda también, esto marcha de lujo, me codeo con la flor y nata del ciclismo comarcal. Tenemos un crak que gana con una pata y cuando no gana es por que cede el triunfo a un compañero. Yo no acabo alguna carrera, pero subo al podio todas las semanas con mis compañeros de equipo, estaba alucinado, nos respetaban todos, el maillot de Benidorm era admirado en el pelotón y Luis acaba por ganar sobrado La Marina.

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