martes, 23 de marzo de 2010

Los Lagos



Lo había visto por la tele, un puerto mítico de la vuelta y tenía la posibilidad de participar en una marcha cicloturista que acababa allí.
Era abril de 1995 y la marcha sería a principios mayo, quedaba menos de un mes para buscar algún loco, que se pegara conmigo los mil kilómetros que hay hasta Asturias, para subir a Los Lagos de Covadonga. Pero este inconsciente no andaba lejos y me costó poco convencerle. Juan Carlos Moránt un chico delgado con una planta de ciclista que te pasas.
Llegado el momento partimos hacia Asturias pasando por Madrid sin parar, un día de perros, se auguraba un fin de semana pasado por agua. Después de un largo viaje lloviendo llegamos a Blanes y empezamos a buscar donde pasar la noche, tras preguntar en una aldea nos indican un caserío que alquila habitaciones, y allí nos presentamos a ocupar la última buhardilla disponible. Nos cambiamos y nos vamos a por los dorsales y a cenar algo. Coincidimos con Leopoldo Bernabeu que también ha venido a la marcha y nos mete el miedo en el cuerpo, dice que lleva algunos días por aquí y que el puerto se las trae.
Amanece nublado y húmedo, nos ponemos en la cola de la salida justo a tiempo y comienza la marcha a buen ritmo, el "orbayu" no deja de caer y la carretera está muy mojada, las previsiones son aún peores y los organizadores de la marcha, deciden acortarla y después de poco más de sesenta kilómetros enfilamos en pelotón las rampas de Los Lagos.
Pasamos por delante del santuario que está plagado de autocares y ascendemos entre el bosque hasta que la cosa se pone dura de verdad y comienza el rosario. Moránt se ha ido por delante como una bala, pero me lo encuentro en la cuneta parado en mitad de la famosa "Huesera". Sigo entre ciclistas que se paran y otros que me adelantan con dificultad hasta el Mirador de la Reina, aquí suaviza la cosa y puedo recuperar algo, hay niebla y sigue cayendo agua, después de un repecho viene una curva de izquierda y una pequeña bajada, noto un frío intenso en la frente que me paraliza y puedo ver el primero de los lagos, hay hielo en la carretera y nieve en las laderas, la gotas se transforman en copos y nieva. Rodeo el lago, subo por la ladera contraria hasta el segundo lago que está en medio de un gran circo glaciar, allí está todo el mundo parado esperando que le den un papel con un número de llegada. Rechazo el papelito y voy a buscar el coche que mi mujer ha subido hasta allí horas antes, me quito la ropa tiritando de frío y me abrigo con ropa seca, envío a Luisa a buscar a Morant para que lo traiga al coche antes de que se muera de frío. Ya secos nos hacemos las fotos de rigor aunque del paisaje se ve más bien poco y enfilamos la bajada en el coche. De camino nos vamos cruzando con los rezagados, gente andando con la bici en la mano, ateridos de frío y agotados, vemos a Leo que sube encima de la bici pero muy atrancado, casi no puede mover el desarrollo.
Paramos un momento en el santuario para ver "La Santiña" y buscamos un lugar para comer antes de iniciar el regreso a Benidorm, al verano, al calor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario